Es un trastorno del desarrollo que se caracteriza
por escaza interacción social, problemas en la comunicación verbal y no verbal,
y actividades e intereses limitados, inusuales y repetitivos. El autismo no es
una enfermedad sino un síndrome clínico, presente desde los primeros meses de
vida y que incluye alteraciones en conducta, comunicación verbal y no verbal e interacción
social y emocional anómala. El niño autista habitualmente muestra un retardo
importante en la adquisición del lenguaje, usa las palabras inadecuadamente y
sin un adecuado propósito comunicativo.
Síntomas característicos del Autismo
a) Alteraciones cualitativas en la
interacción social:
Las alteraciones sociales son el principal
síntoma del autismo. Estas personas encuentran difícil ajustar su
comportamiento al de los demás, ya que no entienden muy bien las convenciones y
normas sociales. Suelen tener problemas para compartir el mundo emocional, el
pensamiento y los intereses. No les resulta sencillo apreciar las intenciones
de los demás, desarrollar juegos y hacer amigos. En consecuencia, el mundo
social no les resulta fácil y en muchas ocasiones no les interesa, mostrando
aislamiento. Estas limitaciones sociales son especialmente marcadas en la
infancia, atenuándose un poco a lo largo de la vida; ya que su interés social
va aumentando espontáneamente y ello favorece el aprendizaje de nuevas
competencias.
b) Alteraciones cualitativas de la
comunicación:
Los primeros estudios realizados en el
autismo identificaban que un 50% de las personas afectadas no desarrollaban
lenguaje hablado funcional a lo largo de su vida (si tenemos en cuenta el
actual concepto de TGD o TEA, este porcentaje disminuye sensiblemente). Existen
otros casos, que empiezan a hablar y que luego pierden su lenguaje. Frecuentemente,
aquellos que desarrollan el habla lo hacen con ciertas características
peculiares: ecolalia, perseveración, inversión pronominal, entonación anormal,
etc. Lo más característico es el que el lenguaje no es utilizado de manera
social para compartir experiencias y vivencias; presentando dificultad para
iniciar o mantener una conversación recíproca; comprender sutilezas, bromas,
ironía o dobles intenciones. Este fallo de la comunicación verbal se acompaña
además de pobreza o ausencia de la comunicación no verbal: gestos, posturas o
expresiones faciales que acompañan normalmente al habla o la sustituyen.
c) Patrones restringidos de comportamiento,
intereses y actividades:
Las personas con autismo presentan intereses
especiales, que no son frecuentes en otras personas de su edad (fascinación por
partes de objetos, piezas giratorias, letras o logotipos, etc.), aunque lo más
característico es que no comparten sus intereses con los demás. Pueden aparecer
movimientos corporales estereotipados (aleteos, giros sobre uno mismo,
balanceo, deambulación sin funcionalidad, etc.). El juego tiende a ser repetitivo
y poco imaginativo (hacer hileras, agrupamientos, fascinación por contar y
repetir, etc.). Muchas personas presentan ansiedad ante los cambios de sus
rutinas y/o del entorno (horarios, recorridos, objetos o personas que cambian
su ubicación o postura, etc.). En las personas con mayor capacidad intelectual
sus intereses restringidos son más sofisticados y pueden incluir el hacer
colecciones, listados, recopilar datos sobre temas específicos: astronomía,
monedas, mapas, trenes, programas informáticos, etc. En todo caso, normalmente
no están interesados necesariamente en compartir su conocimiento de manera
recíproca.
Causas estructurales del Autismo
Los estudios de personas autistas han
encontrado diferencias en algunas regiones del cerebro, incluyendo el cerebelo,
la amígdala, el hipocampo, el septo y los cuerpos mamilares. En particular, la
amígdala e hipocampo parecen estar densamente poblados de neuronas, las cuales
son más pequeñas de lo normal y tienen fibras nerviosas subdesarrolladas. Estas
últimas pueden interferir con las señales nerviosas. También se ha encontrado
que el cerebro de un autista es más grande y pesado que el cerebro promedio.
Estas diferencias sugieren que el autismo resulta de un desarrollo atípico del
cerebro durante el desarrollo fetal. Sin embargo, cabe notar que muchos de
estos estudios no se han duplicado y no explican una generalidad de los casos.
Otros estudios sugieren que las personas
autistas tienen diferencias en la producción de serotonina y otros
neurotransmisores en el cerebro. A pesar de que estos hallazgos requieren más
estudios.
Factores ambientales: A pesar de que los
estudios de gemelos indican que el autismo es sumamente heredable, parecen
también indicar que el nivel de funcionamiento de las personas autistas puede
ser afectado por algún factor ambiental, al menos en una porción de los casos.
Una posibilidad es que muchas personas diagnosticadas con autismo en realidad
padecen de una condición desconocida causada por factores ambientales que se
parece al autismo (o sea, una fenocopia). De hecho, algunos investigadores han
postulado que no existe el "autismo" en sí, sino una gran cantidad de
condiciones desconocidas que se manifiestan de una manera similar.
De todas formas, se han propuesto varios
factores ambientales que podrían afectar el desarrollo de una persona
genéticamente predispuesta al autismo:
Intoxicación por metales pesados: Se ha
indicado que la intoxicación por mercurio, particularmente, presenta síntomas
similares a los del autismo. La teoría de la relación entre el autismo y los
metales pesados es apoyada por una minoría de los médicos. Algunos estudios
indican que los niños con autismo pueden tener niveles anormales de metales pesados
tóxicos como el mercurio. La exposición al mercurio puede causar trastornos
similares a las observadas en el autismo. Las personas con autismo tienen una
baja capacidad para expulsar el mercurio de sus órganos. Niños autistas tienen
un nivel de mercurio en los dientes de 2,1 veces mayor que la de grupo de
control sano. El análisis de porfirinas en orina de personas con autismo parece
mostrar signos de intoxicación por mercurio. Es muy probable que exista una
correlación entre la tasa de autismo en una población y la importancia de la contaminación
por mercurio. Un estudio australiano pone de manifiesto que existe una fuerte
sospecha de que el mercurio provoque autismo, ya que sus síntomas son
compatibles con los de envenenamiento por mercurio. Cuando los niños autistas
son tratados con altas dosis de DMSA, agente quelante de metales pesados,
excretan cinco veces más mercurio que los niños sanos.
El debate sobre las vacunas: La relación
entre el autismo y las vacunas fue propuesta inicialmente por Andrew Wakefield,
un ex cirujano británico e investigador médico. Andrew Wakefield planteó la
existencia de un vínculo entre la vacuna contra el sarampión, las paperas y la
rubéola, el autismo y la enfermedad intestinal en 1998. Cuatro años después de
la publicación del documento, los resultados de otros investigadores aún no
habían podido reproducir las conclusiones de Wakefield o confirmar su hipótesis
de una relación entre trastornos de la infancia gastrointestinales y el
autismo. colaboradores en desacreditar la vacuna.
Factores obstétricos: Hay un buen número de
estudios que muestran una correlación importante entre las complicaciones
obstétricas y el autismo. Algunos investigadores opinan que esto podría ser
indicativo de una predisposición genética nada más. Otra posibilidad es que las
complicaciones obstétricas simplemente amplifiquen los síntomas del autismo.
Estrés: Se sabe que las reacciones al estrés
en las personas con autismo son más pronunciadas en ciertos casos. Sin embargo,
factores psicogénicos como base de la etiología del autismo casi no se han
estudiado desde los años 70, dado el nuevo enfoque hacia la investigación de
causas genéticas.
Ácido fólico: La suplementación con ácido
fólico ha aumentado considerablemente en las últimas décadas, particularmente
por parte de mujeres embarazadas. Se ha postulado que este podría ser un
factor, dado que el ácido fólico afecta la producción de células, incluidas las
neuronas. Sin embargo, la comunidad científica todavía no ha tratado este tema.
Crianza: Entre los años 50 y los 70 se creía
que los hábitos de los padres eran corresponsables del autismo, en particular,
debido a la falta de apego, cariño y atención por parte de madre-padre
denominados "madre-padre nevera" (refrigerator mother-father). Estas
teorías han sido refutadas por investigadores de todo el mundo en las últimas
décadas. El grupo de estudio para los trastornos del espectro autista del
Instituto de Salud Carlos III del Ministerio de Sanidad califica estas teorías
como uno de los mayores errores en la historia de la neuropsiquiatría infantil.
Ciertas investigaciones relacionaron la
privación institucional profunda en un orfanato con la aparición de un número
desproporcionado de niños con algunos rasgos cuasi-autistas (aunque sin las
características fisiológicas). Se postula que este fenómeno es una fenocopia
del autismo. A diferencia de los niños con autismo, la sintomatología de estos
niños, con rasgos provocados por la privación extrema, remite cuando viven en
un entorno normalizado. Una privación institucional extrema, por otro lado,
puede agravar el grado de afectación de un niño autista y empeorar trágicamente
su pronóstico.
Las investigaciones de Spitz y toda la teoría
del Apego de John Bowlby, basadas en la potencia de salud mental que
proporciona el apego al bebé, demuestran hasta qué punto puede beneficiar a los
niños autistas un entorno de apego seguro, amor y respeto.
¿Tienen las personas con autismo retraso
mental?
Muchos estudios han establecido que hasta un
70% de las personas con autismo presentan, además, una discapacidad intelectual
(nuevo término para denominar al retraso mental), que puede oscilar desde tener
un Cociente Intelectual en el rango de ligero a profundo. Las nuevas investigaciones,
que incluyen los TGD o TEA, sugieren un porcentaje menor que el citado. La capacidad
intelectual en el autismo puede ser armónica o disarmónica, con “picos”
aislados de marcada competencia.
Autismo y otros Trastornos
El autismo se puede asociar con cualquier
otra enfermedad o trastorno del desarrollo, psicomotor, sensorial, emocional o
del comportamiento. De hecho las personas con estos trastornos tienen mayor
vulnerabilidad para otros problemas que la población general. El origen de esta
vulnerabilidad es doble: por una lado existen ciertas enfermedades que afectan
al cerebro que se presentan con una mayor frecuencia de lo esperable
(epilepsia, esclerosis tuberosa, neurofibromatosis, Síndromes de Angelman,
Williams, Fragilidad X, etc).
Por el otro, el tener que adaptarse a un
entorno que no comprenden o que no está adaptado a sus necesidades influye a la
hora de generar otros problemas: ansiedad, depresión, conductas violentas,
obsesiones, trastornos alimenticios o del sueño, etc. Los primeros estudios que
señalaban una frecuencia de un 30% de epilepsia en las personas con autismo
(especialmente en casos de convulsiones de inicio en la pubertad), no están
actualmente confirmados; estableciéndose que esta cifra es menor si se
consideran todos los TGD o TEA.
Diagnóstico del
Autismo
El autismo es un trastorno del desarrollo
infantil. Se trata de un trastorno que se manifiesta en los primeros tres años
de la vida y que se caracteriza porque no aparecen o lo hacen de modo
claramente desviado de lo esperable algunos aspectos normales del desarrollo:
las competencias habituales para relacionarse, comunicarse y jugar o
comportarse como los demás.
El diagnóstico se establece cuando se
observan los síntomas característicos. No hay un test o prueba médica que diga
si una persona tiene o no autismo. El diagnóstico se hace observando la
conducta de la persona, conociendo su historia del desarrollo y aplicando una
batería de pruebas médicas y psicológicas para detectar la presencia de los
signos y síntomas del autismo. A pesar de que el juicio clínico se basa en la
observación del niño, los actuales criterios internacionales utilizados tienen la
fiabilidad suficiente para asegurar, en mayor medida que en otros trastornos
psiquiátricos infantiles, la validez del diagnóstico.
También, contamos ahora con sistemas
estructurados de obtención de información, como la entrevista ADIR y sistemas
estructurados de observación como el ADOS-G, que confieren todavía una mayor
fiabilidad a la clasificación diagnóstica. Aunque obviamente se persigue hacer
el diagnóstico lo antes posible, esto no es óbice para que pueda hacerse más
tardíamente, como en adultos que no han sido previamente diagnosticados; en
casos especialmente complejos, en los que se debe esperar a valorar su
evolución;
Tratamientos para el Autismo
No existe por ahora un tratamiento que cure
el autismo. En la actualidad el tratamiento preferido está basado en el
análisis conductual aplicado (Applied Behavior Analysis o ABA), puesto que
estudios científicos e independientes han demostrado su utilidad para elevar el
nivel de funcionamiento de los niños con comportamientos autistas. Se cree que
un inicio temprano de la terapia y la intensidad del mismo mejora las
probabilidades de aumentar el nivel de funcionamiento. Los niños pueden llegar,
con cursos intensivos tempranos e individualizados de este tratamiento, a
hablar, leer, escribir etc. El sistema CABAS (comprehensive application of
behavior analysis to schooling, -en español aplicación comprensiva del análisis
del comportamiento a la enseñanza-) es un sistema cibernético de enseñanza,
propuesto por el doctor Douglas Greer del Columbia University Teachers´
College, que se individualiza en cada alumno.
Existen una serie de tratamientos no probados
que son populares entre los padres de niños autistas. Tal es el caso de
tratamientos biológicos y terapias de diversos tipos; algunos padres
consideraron que el tratamiento con quelantes ha mejorado significativamente
sus niños autistas.36 Al día de hoy sin embargo, sólo los tratamientos
psicológicos conductuales presentan fuerte evidencia a su favor.
La educación como el vehículo para el
tratamiento de las personas con autismo, es necesario crear programas
educativos adaptados a las necesidades individuales de cada persona con
autismo. Cabe destacar el trabajo que se está realizando con algunas personas
con autismo en el campo de la Planificación centrada en la persona (PCP).
Hola felicitaciones por su trabajo muy informativo, mencionas síndromes y trastornos que afectan en gran parte a nuestra humanidad, será de gran apoyo conocer cuales son sus causas.
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